ComentarioEste poemario de García Montero es un libro de amor que nace del duelo y la experiencia íntima tras la muerte de su esposa, la escritora Almudena Grandes. Buscando una respuesta a la muerte, ha podido pasar de una herida personal, a una reflexión sobre la condición humana.
A través de una estructura dividida en tres partes (enfermedad, muerte y aceptación) emerge una narrativa poética conmovedora, hermosa, serena, pero llena de profundidad emocional.
"Han pasado dos años y, como cualquier persona que vive una situación así, me quedé en el vacío, sin sentido de pertenencia en la vida, y acudí a la poesía, ya que es mi vocación desde la adolescencia y es lo que me ha servido para preguntarme quién soy, qué me pasa y cuál es mi relación con el mundo. Escribí el libro porque me permitió explorar desde Jorge Manrique y el Arcipreste de Hita hasta la poesía contemporánea, pasando por el romanticismo de Rosalía".
Montero explica que su escritura busca trascender lo meramente biográfico y construir una experiencia que el lector sienta también como propia, que alguien diga "esto me ha pasado a mí" y no solo "esto le pasó al poeta".
"Los poetas sabemos que lo biográfico es importante, pero empobrece la obra de arte si se convierte en un desahogo -prosigue-. Y, por tanto, tiene que trascender a un yo literario que represente a la condición humana, ¿no? A partir de ahí me planteé el asunto y pude ir tomando algún tipo de conciencia de que si el dolor existe es también porque uno ha tenido la fortuna de disfrutar durante 30 años de una vida en complicidad, en alegría y en felicidad. Reconocer las cosas que nos da la vida es una buena manera de empezar a caminar otra vez".
El poeta mira atrás sin rencor ni desgarro, con una melancolía y tristeza que no se rompe, una elegía o poema lírico que se afirma en el recuerdo, que nos descubre que la pérdida trae consigo la conciencia de la fortuna vivida.
El poema final incluye versos que conmocionan por su dignidad y sinceridad:
“…cuando pierdes a alguien que forma parte de tu intimidad en un ‘yo’ diluido en el ‘nosotros’, tú mueres también. Pero eres un muerto que sigue en pie.”
Y lo cierra con una confesión que eleva el duelo a una celebración íntima, los últimos días juntos no se borran, son parte irrenunciable de la vida:
“este año y tres meses,
estos días finales que ya son,
ahora, recordados,
los más felices de mi vida.”
"Un año y tres meses" es una obra profundamente conmovedora y emotiva. Es la poesía como crónica del amor, del cuidado y de la pérdida. Recomendable su lectura.