domingo, 21 de noviembre de 2021

"Espadas como labios" de Vicente ALEIXANDRE



Título
"Espadas como labios"  

Autor: Vicente  ALEIXANDRE  

Editorial: Losada  

Colección: Biblioteca Clásica Contemporánea  

Temática: Poesía 

Nº de páginas: 58  

Publicado: 1932  
Sinopsis: 
"Espadas como labios", tercer libro de Aleixandre, aúna en sus páginas los temas eternos de la poesía: la vida, el amor, la muerte. No se trata de poesía pura, fría, aséptica, sino de poesía cálidamente humana. 


El autor 
Sevilla, 26 de abril de 1898  -  Madrid, 14 de diciembre de 1984
Hijo de un ingeniero de ferrocarril, Vicente Aleixandre pertenecía a la burguesía media acomodada. Cuando tenía dos años de edad, su familia se trasladó a Málaga, ciudad a la que el poeta llama en su obra "el Paraíso", pues en ella transcurrió toda su infancia. En 1909, la familia Aleixandre se instaló en Madrid, donde el futuro poeta cursó el bachillerato y, ya en plena juventud, las carreras de Derecho y Comercio, y durante unos años es profesor en la Escuela de Comercio de Madrid especializándose en Derecho Mercantil. 

Vicente Aleixandre y Merlo fue un poeta español perteneciente a la llamada generación del 27, considerado uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. 

Elegido académico en la sesión del día 30 de junio de 1949, ingresó en la Real Academia Española el 22 de enero de 1950. Ocupó el sillón de la letra O. Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por "La destrucción o el amor". Recibió el Premio de la Crítica en 1963 por "En un vasto dominio", y en 1969, por "Poemas de la Consumación", y el Premio Nobel de Literatura en 1977.


Su amistad con Dámaso Alonso y sus inquietudes literarias le llevan a leer y a estudiar a los grandes poetas de la literatura universal, como Bécquer y Rubén Darío; pero también a otros autores extranjeros de gran renombre, como los simbolistas franceses. 


Aleixandre, Cernuda y Lorca

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En los años 20 sufre una grave enfermedad y durante su recuperación se dedica a escribir poesías que son publicadas en las revistas culturales más importantes de la época, consiguiendo gran éxito. Ahí empieza su amistad con los otros componentes de la Generación del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda. En 1934 recibe el Premio Nacional de Literatura.
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Tras la Guerra Civil permanece en España y su obra toma una trayectoria muy personal. En 1949 es nombrado Académico de la Lengua y desde entonces se convierte en maestro y protector de los jóvenes poetas españoles, que acuden a visitarle con frecuencia a su casa de Madrid, donde con frecuencia organiza tertulias literarias.

Vicente Aleixandre fue un poeta total, entregado de lleno al cultivo de la poesía. No escribió obras en otros géneros. Sus escasos textos en prosa (en los que describe a otros poetas y escritores que conoció) son tan poéticos como sus versos; y sus ensayos literarios son, en su mayoría, escritos de encargo.

Para Aleixandre la poesía no consistía tanto en ofrecer belleza, cuanto en alcanzar propagación, comunicación profunda del alma de los hombres. El propio poeta nos dejó una bella definición de la figura del poeta como "una conciencia puesta en pie, hasta el fin", y la historia ha demostrado que lo consiguió ampliamente no solo por la enorme calidad de su producción poética sino por la insobornable ética que marcó su obra y su trayectoria vital. Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se le reconoce como el principal poeta surrealista español. Se dice que su trayectoria se divide en tres etapas: 
  • Una primera de poesía pura (con influencias de Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén),  en concreto, su primer libro, "Ámbito" (1928), tiene clara influencia de Juan Ramón Jiménez y se abre hacia la contemplación desde el interior.

  • Otra de poesía surrealista, como "Espadas como labios" (1932) y "Pasión de la tierra" (1928-29), se separó de la llamada poesía pura y adoptó la experiencia renovadora del surrealismo, con una visión panteísta de la naturaleza y un erotismo romántico. Esta misma línea sigue "La destrucción o el amor" (1935), que mereció el Premio Nacional de Literatura. Esta manera de ver el mundo se plasma  en "Sombra del paraíso" (1944), obra que une sus dos épocas de creación. Otras obras son "Mundo a solas" (1950), que incluye poesías de 1934 y 1935, y "Nacimiento último" (1953), con textos de 1927 hasta 1952.

  • Una tercera de poesía antropocéntrica, tras la Guerra Civil española, su obra cambia, acercándose a las preocupaciones de la poesía social imperante. Desde una posición solidaria aborda la vida del hombre común, sus sufrimientos e ilusiones. Hacia 1954, inicia una nueva época. Dos son los libros fundamentales de esta etapa: "Historia del corazón" (1954), "En un vasto dominio" (1962). Otras obras: "Presencias" (1965) o "Retratos con nombre" (1965). En ellas, su estilo se hace más sencillo y accesible. La mirada del poeta es ahora más humana, se acerca mucho más a las cosas cotidianas, al mundo que le rodea. Para el poeta, el hombre es un ser que sufre, pero que sabe sobrellevar este sufrimiento con dignidad y valentía.

    Vicente Aleixandre se presenta como un hombre maduro que asume la vejez y acepta, con elegancia, la proximidad inevitable de la muerte. Los libros más destacados de este período de ecos metafísicos son "Poemas de la consumación" (1968) y "Diálogos del conocimiento" (1974), en ellas el estilo del poeta vuelve a dar un giro volviendo a procedimientos que recuerdan su surrealismo inicial. La experiencia frustrante del paso del tiempo ("o tarde, o pronto, o nunca"), de la vejez (en su poema "Como Moisés es el viejo" y otros) y de la cercanía de la muerte le llevan a replantearse su irracionalismo juvenil, aunque ya en una modalidad extremadamente depurada, meditativa y serena. Utiliza un complejo conceptismo estilístico que opone conceptos como mirar / ver, conocer / saber y usa los tiempos verbales y la metáfora negativa para crear distanciamiento: "Nació, y no supo. / Respondió, y no ha hablado". El segundo, como su propio título indica, contiene diálogos entablados entre personajes simbólicos sumamente abstractos.
En 1977 recibe el Premio Nobel,  otorgado por "una escritura poética creativa que ilumina la condición del hombre en el cosmos y en la sociedad actual, al mismo tiempo que representa la gran renovación de las tradiciones de la poesía española entre las guerras". Con este Premio Nobel se reconoce universalmente su obra y, en cierta manera, la de toda la Generación del 27. Ese mismo año es condecorado con la Gran Cruz de Carlos III.


En el Discurso de recepción del Premio Nobel, Vicente Aleixandre define su sentido de la poesía del siguiente modo"El poeta está lleno de sabiduría, pero no puede envanecerse, porque quizá no es suya: una fuerza incognoscible, un espíritu habla por su boca: el de su raza, el de su peculiar tradición. Con los dos pies hincados en la tierra, una corriente prodigiosa se condensa, se agolpa bajo sus plantas para correr por su cuerpo y alzarse por su lengua. Es entonces la tierra misma, la tierra profunda, la que llamea por ese cuerpo arrebatado".

Ya póstuma aparece "En gran noche" (1991), donde se recogen muchas composiciones inéditas. En prosa, es autor de "Los encuentros" (1958 y 1985), donde rescata a escritores de varias épocas, y de una colección de cartas y artículos titulada "Prosas recobradas" (1987). 


Comentario 
Espadas como labios” es un poemario perteneciente a la segunda etapa con una clara tendencia surrealista, donde el poeta, cargado de amargura e ironía, esboza sutilmente su rechazo de la sociedad.

El libro compuesto por 41 poemas, divididos en cuatro partes que dedica a los poetas: Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Luís Cernuda. En ellos aborda los temas habituales de la poesía: vida, amor y muerte, tratados desde un punto de vista profundamente humano.  Para Aleixandre el amor es el primer elemento de todas las cosas, la razón primordial, un principio que en su caso restaura la perdida unidad del universo: “Por debajo de todas las apariencias sensibles una sola substancia existía, y a esa sustancia unificadora el poeta la llamaba amor”.

Utiliza el verso libre, el versículo*, y prescinde de la puntuación tan características de la influencia surrealista que no es incompatible con el carácter profundamente humano del libro. También están presentes en este poemario los rasgos de estilo más inconfundibles de Aleixandre: el uso de reiteraciones que intensifican las imágenes evocadas, la presencia de imágenes poéticas y visionarias, el uso de la conjunción ‘o’ con valor identificativo y no disyuntivo y, en fin, la dificultad del poeta a la hora de encontrar la palabra exacta que transmita su experiencia, sus sentimientos. Es una poesía compleja por la carga surrealista contenida que hay que leer con tranquilidad.

MI VOZ
(Poema I a Dámaso Alonso
He nacido una noche de verano
 entre dos pausas Háblame: te escucho
 He nacido Si vieras qué agonía
representa la luna sin esfuerzo
He nacido Tu nombre era la dicha
Bajo un fulgor una esperanza  un ave
Llegar  llegar  El mar era un latido
el hueco de una mano una medalla tibia
Entonces son posibles ya las luces  las caricias
ese decir palabras sin sentido
que ruedan como oídos caracoles 
como un lóbulo abierto que amanece
(escucha escucha) entre la luz pisada


POEMA DE AMOR
(Poema II a Federico García Lorca)
Te amo  sueño del viento 
confluyes con mis dedos olvidados del norte
en las dulces mañanas del mundo cabeza abajo
cuando es fácil sonreír porque la lluvia es blanda. 

En el seno de un río viajar es delicia 
oh peces amigos  decidme el secreto de los ojos abiertos 
de las miradas mías que van a dar en la mar 
sosteniendo las quillas de los barcos lejanos. 

Yo os amo  -viajadores del mundo-  los que dormís sobre el agua 
hombres que van a América en busca de sus vestidos 
los que dejan en la playa su desnudez dolida
y sobre las cubiertas del barco atraen el rayo de la luna. 

Caminar esperando es risueño  es hermoso 
la plata y el oro no han cambiado de fondo 
botan sobre las ondas, sobre el lomo escamado
y hacen música o sueño para los pelos más rubios. 

Por el fondo de un río mi deseo se marcha
de los pueblos innúmeros que he tenido en las yemas 
esas oscuridades que vestido de negro
he dejado ya lejos dibujadas en espalda. 

La esperanza es la tierra  es la mejilla 
es un inmenso párpado donde yo sé que existo 
¿Te acuerdas? Para el mundo he nacido una noche
en que era suma y resta la clave de los sueños. 

Peces, árboles  piedras  corazones  medallas 
sobre vuestras concéntricas ondas  sí  detenidas 
yo me muevo y  si giro  me busco  oh centro  oh centro 
camino  viajadores del mundo  del futuro existente 
más allá de los mares  en mis pulsos que laten. 


 *Versículose trata de cada uno de los versos de un poema que no tiene un número fijo de sílabas ni rima: es una modalidad de verso libre, solo que más radical y de extensión mucho más larga. Se utilizó en la estética literaria denominada Surrealismo, que no asume tradición literaria alguna, ni siquiera la métrica


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