domingo, 15 de octubre de 2023

"El Domingo de las Madres" de Graham SWIFT



Título
"El Domingo de las Madres"  

Autor: Graham SWIFT 

EditorialAnagrama  

Temática: Contemporánea  

Nº de páginas: 168  

Edición: 2017  

Publicación: 2016  

Sinopsis: 
Inglaterra, 30 de marzo de 1924. El Domingo de las Madres. Una jornada en la que las criadas vuelven a sus casas para visitar a sus familias. Pero Jane Fairchild, de veintidós años y que trabaja para los Niven, es huérfana, por lo que no tiene con quien celebrarlo y pasa ese día de un modo muy distinto. Se cita con su amante, Paul Sheringham, el único hijo vivo de los vecinos de los Niven, que han perdido a los otros en la guerra. Jane y Paul llevan años de relación clandestina, pero ha llegado el momento de dejarlo, porque él va a casarse con una chica de su clase social dentro de dos semanas. La pareja hará el amor por última vez, pero después de despedirse sucederá algo inesperado que cambiará para siempre la vida de ella...

En los años que le quedan por delante, Jane acrecentará su interés por la lectura, a través de los libros de Conrad, trabajará en una librería de Oxford y con el tiempo se convertirá en una novelista de éxito, en una forjadora de ficciones. Pero nunca olvidará lo sucedido aquel 30 de marzo de 1924.

Graham Swift, en la plenitud de su madurez literaria, ha escrito una novela tan concisa como deslumbrante, impregnada de erotismo, pasión y melancolía. Una bellísima indagación en los meandros del amor, en la importancia de los recuerdos que evocamos y de las historias que nos contamos, en la búsqueda de la propia identidad y en el poder transformador de la literatura.


Un último encuentro. Un amor imposible que marca una existencia. Un libro bellísimo, cargado de erotismo, pasión y melancolía, que nos habla de la vida y de la literatura.



El autor
Londres  1949  -
Seleccionado por la revista Granta en 1983 como uno de los mejores novelistas británicos de aquella gran generación de los Ishiguro, Rushdie, Barnes, Amis y McEwan.

Cursó estudios en Cambridge, obtuvo una maestría en Bellas Artes y pasó un año enseñando inglés en Grecia.

Es autor de once novelas, traducidas a más de treinta idiomas.

Recibió las bendiciones de la crítica por "El dueño de la dulcería" y "El volante", sus dos primeras novelas, aunque, se dio a conocer gracias a la repercusión que tuvo "El país del agua" (Waterland 1983), una evocación de la llanura pantanosa -los Fens- en la provincia de Cambridge que fue galardonada con los premios Guardian y Royal Society of Literature) y considerada una de las mejores novelas inglesas contemporáneas... 

"Fuera de este mundo" 1988, en esta novela la alternancia de voces narrativas constituye un logro indudable con una extraña y deliciosa mezcla de sofisticada creación y de privada confesión.

"Desde aquel día"  (Ever After, 1992) donde llega a unos niveles de ironía y fino cinismo admirables y difíciles de superar.

Descrito como un maestro de lo terminal, en su novela "Últimos tragos" (Last Orders, 1996), ganadora de los premios Booker y James Tait Black), trata acerca de tres amigos que se dirigen a la costa de Inglaterra para cumplir el último deseo de un amigo muerto que había pedido que sus cenizas se arrojaran al mar. 

En 2003 publica "La luz del día" su mejor novela, la de estructura más compleja, arriesgada y estimulante. El argumento es aparentemente simple, pero al desentrañar las contradicciones de sus protagonistas, sus cambiantes complicidades y confusas emociones, le otorga una profundidad y una complejidad notables.

"Mañana" (2007)  dotada de un ritmo puntual y preciso y con un manejo brillante del tiempo de la narración  y "El Domingo de las Madres" (Mothering Sunday: A Romance, 2016) novela que nos habla de la vida y de la literatura y nos muestra cómo el amor, el deseo y la decencia luchan contra los barrotes del injusto sistema de castas inglés.


Comentario
En esta novela sutil y sensual, Swift nos narra la vida de una escritora y lo que significó para ella ese día tan especial, el Domingo de las Madres de 1924, época en la que las criadas no tenían derechos y todo tenía un rasgo masculino, en la que consigue sobrevivir y cruzar una barrera difícil gracias a la lectura y a la escritura. Quizás por su origen, por su trabajo o por su pasión lectora, ella acaba siendo mucho más que una criada. Se transforma en una observadora de las vidas ajenas, de los detalles, de lo que ocurre a su alrededor, todo ello será el germen de una exitosa carrera de escritora.

La trama, construida en torno a un día en el pasado que se recuerda en el presente, se centra en la protagonista, Jane, en el resto de personajes no profundiza y quedan difuminados. Un narrador, en tercera persona nos va explicando su historia, poco a poco vamos conociendo al personaje, lo que siente, lo que piensa... Va dando saltos de un recuerdo a otro, dejando huecos, que le permiten recorrer la vida de la protagonista al ir desgranando y a la vez construyendo su pasado y su presente. 

Presenta una prosa muy cuidada y un estilo sencillo, con descripciones muy detalladas que forman imágenes evocadoras y vívidas, pocos diálogos y muchas reflexiones sobre los sentimientos, la pasión, la relación entre criados y señores, la sociedad de la postguerra inglesa. Todo ello, en pocas páginas de pura literatura, que se leen con facilidad. Recomendable su lectura.


«Una parte de él no podía (¿o sí?) durar eternamente. Un fragmento de una vida no puede ser la totalidad de ella»

«Paul Sheringham había visto, conocido, explorado aquel cuerpo mucho mejor de lo que ella misma lo había hecho. Lo había «poseído». Era otra palabra. Había poseído su cuerpo; su cuerpo, que era casi lo único que ella poseía. ¿Y podía decirse que ella lo había poseído a él, que siempre podría poseerlo?

«Y así, con el destello en la mirada y la tensión en los labios apretados, daba la impresión de haber venido al mundo con un permiso innato para inventar historias. Y con una íntima preocupación por el modo en que las palabras se asocian a las cosas»

«Aquellos a quienes se sirve sirven, y aquellos a quienes se sirve, viven. Aunque, a decir verdad, a veces parecía exactamente al revés. Eran los criados los que vivían —y una vida dura de verdad—, y aquellos a quienes se servía parecían no saber muy bien qué hacer con sus vidas. Eran verdaderas almas perdidas»



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