miércoles, 1 de noviembre de 2023

"El abanico" de Emilia PARDO BAZÁN



Título
"El abanico"

AutoraEmilia PARDO BAZÁN 

Editorial: Linkgua  

Temática: Contemporánea 

Edición: 1990 (Fundación P Barrié de la Maza) 

Publicación: 1908 («Blanco y Negro» núm. 908) 

Sinopsis 
Sandalio Aguilar quiere conocer más profundamente a su novia, para ello le invita a disfrutar de una corrida de toros y observar cómo va reaccionando durante su desarrollo.

"El abanico" es cuento corto de Emilia Pardo Bazán, una de las escritoras españolas más prolíficas. Para Pardo Bazán, el abanico era un complemento indispensable del traje femenino. Sobre la cuestión de los abanicos, la escritora dedicó un ciclo de dos conferencias a la historia de este objeto tan cotidiano: «El abanico como objeto de arte» y «La decadencia del abanico».



La autora: 
A Coruña 1851  -  Madrid 1921
Emilia Pardo Bazán nace el 16 de septiembre de 1851 en A Coruña, ciudad que siempre aparece en sus novelas bajo el nombre de `Marineda`. Hija única de don José Pardo Bazán y Mosquera y de doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza, recibe una educación esmerada desde sus inicios. Su formación se completó en la capital de España, donde solía pasar los inviernos la familia debido a las actividades políticas de su padre, militante en el partido liberal progresista.

Lectora infatigable desde los ocho años, a los nueve compuso sus primeros versos y, a los quince, su primer cuento, `Un matrimonio del siglo XIX`, que envió al Almanaque de La Soberanía Nacional y que sería el primero de los numerosos -cerca de 600- que publicaría a lo largo de su vida.

El año 1868 supone un hito en la vida de Emilia, según explicaba ella: `Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron muy de cerca: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de Septiembre de 1868`. Emilia tenía 16 años, y su marido, José Quiroga, estudiante de Derecho, veinte. La boda se celebró el 10 de julio en la capilla de la granja de Meirás, propiedad de los padres de la novia.

En 1873, la familia Pardo Bazán, y también los recién casados, abandona temporalmente España. El viaje se prolonga por varios países de Europa, lo que despierta en Emilia la inquietud por los idiomas, con el deseo de leer a los grandes autores de cada país en su lengua original. Su inquietud intelectual va en aumento y, al regresar a España, entra en contacto con el krausismo (doctrina que defiende la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al dogmatismo) a través de Francisco Giner de los Ríos, con quien le uniría una gran amistad desde entonces. El influjo de los krausistas la empuja a la lectura de los místicos y de Kant, y éstos, a su vez, la conducen hasta Descartes, Santo Tomás, Aristóteles y Platón.

En 1876, año del nacimiento de su primer hijo, Jaime, se da a conocer como escritora al ganar el concurso convocado en Orense para celebrar el centenario de Feijoo. Son años en que todavía no ha abandonado totalmente la poesía. Gracias a Giner de los Ríos se edita, en 1881, el libro de poemas de doña Emilia, titulado `Jaime`.

La afición al género novelesco no es temprana en doña Emilia, que consideraba la novela un género menor, de mero pasatiempo, prefiriendo completar su formación intelectual, en la que encontraba muchas lagunas.
Sin embargo, el conocimiento de las obras de sus contemporáneos la anima a escribir su primera novela, `Pascual López, Autobiografía de un estudiante de medicina`, poco antes de aceptar la dirección de la Revista de Galicia, en 1880. En 1881 publica `Un viaje de novios`, novela para la que utilizó las experiencias de un viaje a Francia, y ese verano, en Meirás, acaba `San Francisco de Asís`, ya embarazada de su segunda hija, Carmen. El prólogo de `Un viaje de novios` es importantísimo para comprender lo que significa el naturalismo en la obra de Emilia Pardo Bazán, corriente literaria que dio a conocer en España, así como la serie de artículos que publica entre 1882 y 1883 bajo el título de `La cuestión palpitante`. El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, emparentado con el realismo y que se basa en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Su máximo impulsor fue el escritor galo Émile Zola.

En esta línea naturalista se inscribe la tercera novela de doña Emilia, `La Tribuna` (1883), así como las posteriores `Los pazos de Ulloa` (1886), `La madre naturaleza` (1887) y `La piedra angular` (1891) aunque, entre la primera y la segunda, Pardo Bazán escribe una novela en la que se aparta de la técnica naturalista: se trata de `El cisne de Vilamorta`, en la que conjuga la observación realista con ciertos elementos románticos. Además, entre `La madre naturaleza` (1887) y `La piedra angular` (1891) publica cuatro novelas que tampoco pueden considerarse naturalistas: `Insolación` y `Morriña`, ambas de 1889 y ambientadas en Madrid, y `Una cristiana` y `La prueba`, las dos de 1890, como participantes de cierto idealismo, tendencia que se observa también en el ciclo de Adán y Eva formado por `Memorias de un solterón` (1891) y `Doña Milagros` (1894).

En 1891, emprende una nueva aventura periodística con Nuevo Teatro Crítico, revista fundada y escrita completamente por ella que, tanto en su título como en su planteamiento multidisciplinar, cultural en sentido amplio y divulgativo, quiere rendir homenaje a su admirado Feijoo. Firme defensora de los derechos de las mujeres, puso en marcha en 1892 el proyecto editorial Biblioteca de la Mujer.

Desde tiempo atrás, Emilia Pardo Bazán venía colaborando en numerosas revistas y periódicos con crónicas de viajes, artículos, ensayos y numerosos cuentos, como "El abanico", "Banquete"... Más  tarde los iría agrupando en varias colecciones: `Cuentos de Marineda`, `Cuentos de amor``Cuentos sacro-profanos`, `En tranvía`, `Cuentos de Navidad y Reyes`, `Cuentos de la Patria`, `Cuentos antiguos` y otros. También colabora en prensa escrita, y es en 1903 cuando empieza a gestarse su novela `La quimera` que, dos años después vería la luz como libro. Confirmando su criterio de que la novela debe reflejar el momento en que es escrita, pueden apreciarse en `La quimera` ciertos ecos modernistas y simbolistas. En 1908, publica `La sirena negra`, cuyo tema central es el de la muerte, escrita en el Ateneo de Madrid, donde ha sido nombrada Presidenta de la Sección de Literatura en 1906.

Viajera infatigable, continúa consignando sus impresiones en artículos de prensa y en libros. En 1900, van apareciendo en `El Imparcial` sus artículos sobre la Exposición Universal de París, que cuajarán en el libro `Cuarenta días en la Exposición`. En 1902 se edita `Por la Europa católica`, fruto de un viaje por los Países Bajos.

Pardo Bazán todavía no había intentado llevar a la escena sus obras de teatro, pero en 1906 estrena en Madrid, sin éxito, `Verdad y cuesta abajo`

Es Emilia P. Bazán una figura reconocida, entonces, en la vida literaria, cultural y social. En 1908 comienza a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorga Alfonso XIII en reconocimiento a su importancia en el mundo literario. Desde 1910 era Consejera de Instrucción Pública, y Socio de Número de la Sociedad Matritense de Amigos del País desde 1912. Dos años después, se le impondría la Banda de la Orden de María Luisa, y recibiría del Papa Benedicto XV la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice. En 1916, el ministro de Instrucción Pública la nombra Catedrática de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas de la Universidad Central. La Real Academia Española rechazó su candidatura hasta en tres ocasiones.

El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provoca la muerte. Al día siguiente, toda la prensa hablaba de la escritora fallecida que fue enterrada en la cripta de la Iglesia de la Concepción de Madrid.


Sin duda uno de los talentos más brillantes del siglo XIX español, Emilia Pardo-Bazán fue además emblema de libertad personal, viviendo según sus convicciones aun a costa de la oposición de su época, que rechazaba que una mujer se dedicase al ejercicio intelectual. Fue firme defensora de la educación de las mujeres como necesidad básica para alcanzar la libertad personal, en un momento en que la figura femenina estaba totalmente sometida a los dictados paterno, familiar y del matrimonio, adelantándose a su tiempo al reivindicar el papel y la función social de la mujer como escritora, algo completamente insólito y rechazado en el contexto histórico del siglo XIX español.


Comentario
Breve y extraordinario relato de E. Pardo Bazán, que utiliza el abanico como símbolo de la necesidad de la mujer de protegerse de la realidad, de la brutalidad, del mundo....

El protagonista, novio de Bertina, siente una mezcla de celos y desilusión sobre la reacción y conocimiento, de su novia, acerca de la fiesta de los toros. ella realiza un papel que no le corresponde en la sociedad de la época y que su novio no puede comprender, disfruta viendo una corrida de toros, un hecho que causa sorpresa, pues tiende a relacionarse esta afición con el público masculino, que no suele escandalizarse de los actos que ocurren. Por tanto, asistimos a una inversión de los roles tradicionalmente adaptados en la sociedad; una mujer viendo, realizando y entendiendo mejor que un hombre una tarea que, anteriormente, ha sido considerada varonil.

El relato brilla con excelentes y realistas descripciones, con un lenguaje sutil y profundo que va más allá y nos lleva a reflexionar sobre un texto que después de 100 años todavía está vigente y actual.  Hoy en día encontramos numerosos ejemplos de este fenómeno: aún nos resulta raro ver a mujeres en puestos importantes de trabajo o recibiendo premios y a hombres que visten un estilo considerado femenino. 

Recordar, también, que Emilia Pardo Bazán fue una gran admiradora de los abanicos y tuvo una interesante colección de estos complementos que ella consideraba "el más expresivo y revelador de los objetos de arte, el más sensible al ambiente" pero que, al mismo tiempo, era un instrumento de propaganda social, política y militar, de reflejo de la sociedad, en aquel intenso y romántico siglo XIX. Por esta razón, el abanico se convierte en el leitmotiv de este relato.

"Tapar, tapar, que ojos que no ven, corazón que no quiebra.......Nadie hace otra cosa. No se mira lo que no puede evitarse. La sociedad esgrime un abanico inmenso". El abanico

Muy recomendable. Seguiré leyendo a Emilia P. B.


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