- "El inmortal" narrado en primera persona explora el efecto que la inmortalidad causaría en los hombres.
- "El muerto", narra la historia de Benjamín Otálora, personaje ambicioso que huye de su país y se dirige al Uruguay para unirse con Azevedo Bandeira, el jefe de una banda criminal. Fue llevado al cine en la película argentina homónima.
- "Los teólogos" es un sueño melancólico sobre la identidad personal que glosa la vida de dos teólogos medievales; Aureliano de Aquilea y de Juan de Panonia, rivales entre sí. Un texto de Aureliano cita a Juan, siendo causa de su condena como hereje. Borges ha comentado que este cuento es: "un sueño más bien melancólico sobre la identidad personal".
- "Historia del guerrero y la cautiva", compara dos casos de aculturación, en uno el guerrero longobardo Droctulft se pasa al bando romano ante el esplendor de esa civilización, en el otro evoca un relato familiar (recordado por la abuela inglesa de Borges) sobre una cautiva de origen inglés que decide irse a vivir con una tribu indígena.
- "Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829 – 1874)", es una glosa de tipo biográfico en donde un personaje creado por Hernández, de nombre sargento Cruz del cuento de Martín Fierro.
- "Emma Zunz", narra, en un tono desusado en Borges (el mismo lo calificó de "temerosa" la redacción), la venganza de la protagonista contra el responsable del suicidio de su padre.
- "La casa de Asterión", relata en primera persona las reflexiones de un personaje que habita en un laberinto, este personaje es el Minotauro del mito griego.
- "La otra muerte", una fantasía sobre el tiempo que evoca la figura de Pedro Damián, un gaucho entrerriano que participó de la batalla de Masoller; los diferentes relatos que recoge sobre este personaje le permiten argumentar sobre el tiempo y la omnipotencia divina. Hay una relación, explicitada, entre el nombre del personaje y el teólogo medieval Pedro Damián. Vale recordar que, para Borges, la teología era "una rama de la literatura fantástica"
- "Deutsches Requiem", narrado por un militar nazi a punto de ser fusilado por sus crímenes. Recapitula su vida y considera que, a pesar de la derrota de Alemania, ha triunfado la voluntad de poder destruyendo la decadente civilización occidental y cristiana.
- "La busca de Averroes", imagina al filósofo hispanoárabe Averroes tratando de comprender un pasaje de la Poética de Aristóteles. El intento es descrito desde la ironía, ya que la literatura árabe carece del concepto dramático.
- "El zahir", el narrador relata como llegó a tener en su mano el fabuloso objeto conocido como Zahir, en la forma de una moneda de veinte centavos. Esta moneda, que decide perder, obsesiona su pensamiento y le permite evocar otras monedas prestigiosas de la historia y la literatura, así como otros objetos que han sido, a su vez, el zahir.
- "La escritura del Dios", el sacerdote mesoamericano Tzinacán de Qaholom, prisionero de los españoles de Alvarado, descubre que el dios ha dejado un mensaje críptico en la piel de los jaguares. Después de largos años descifra el mensaje en el jaguar que está encerrado en la celda vecina y sabe que ese mensaje lo hará poderoso y capaz de destruir a sus conquistadores, pero decide no usarlo porque, declara: "...Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto los ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea él..."
- "Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto", una historia contada en Cornualles una tarde de verano.
- "Los dos reyes y los dos laberintos", la rivalidad de dos reyes y la competencia por el poder. Cuento que trata de la asombrosa venganza de un rey contra otro que lo encerró en un laberinto.
- "La espera", un hombre atormentado por su pasado.
- "El hombre en el umbral", un juez inglés tratando de poner orden en conflictos indios.
- "El Aleph", publicado por primera vez en 1945 y que en 1949 dio nombre al libro, es uno de los mejores cuentos de todos los tiempos y aborda uno de los temas recurrentes en la literatura de Borges: el infinito. Narra el descubrimiento del personaje Borges de un objeto en la casa de su antigua amada Beatriz Viterbo. Esta esfera de dos a tres centímetros de diámetro en el sótano de una vieja casa en la calle Garay, Buenos Aires, es el espejo y centro de todas las cosas, en el cual todo confluye y se refleja, a la vez y sin sobreposición. La cantidad de alusiones es innumerable; bien podría ser el propio universo, como dice el narrador, pero también alude a la biblioteca, y, se dice, de forma irónica al Canto general de Neruda. También puede leerse como una historia de amor con un comienzo memorable: «La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita»..