domingo, 26 de septiembre de 2021

"El nombre del mundo es Bosque" de Ursula K. Le GUIN




Título
: "El nombre del mundo es Bosque"  

Autora: Ursula K. Le GUIN 

Editorial: Minotauro 

Temática: Ciencia Ficción 

Nº de páginas: 160 

Edición: 2002 

Publicación: 1976 



Sinopsis: 
La historia nos va a presentar a una Tierra donde los seres humanos ya han agotado la mayoría de los recursos. Por ello se envían grupos de humanos a explorar otros planetas, en busca de nuevas fuentes de recursos. 

Hace algunos años los humanos llegaron el planeta Athshe, a un lugar al que llamaron Nueva Tahití. donde el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos, pero la llegada de la expedición terrestre cambiará dramáticamente el pacífico modo de vida de los nativos del planeta.

Athshe es un mundo rico en bosques, prácticamente todo su terreno está lleno de árboles, y los hombres empezarán a deforestar estos bosques. En este mundo habitan los creechis, unos seres humanoides de pelo verde y un metro de altura, que horrorizados ven como su mundo está muriendo por la mano humana. 

Un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre.


La autora: 
1929, Berkeley (California)    -   2018, Portland (Oregón) 

Ursula Kroeber Le Guin, cultivó tanto la narrativa, en forma de novela y cuento, como la poesía y la crítica. Su amplia obra ha merecido múltiples galardones, entre los que destacan el National Book Award, el American Book Award y numerosos premios Hugo, Nebula, Jupiter y Locus. 

En 1991 recibió el Harold D. Vursell Memorial Award, otorgado por la American Academy and Institute of Arts and Letters.

La serie Terramar, dentro del género fantástico, posiblemente sea la serie de fantasía que le ha otorgado tanta fama como sus obras de ciencia ficción en ella se narra la historia de un joven aprendiz de mago que tiene que luchar contra su propios miedos y fantasmas, fue iniciada con la novela  Un mago de Terramar (1968), y posteriormente continuada en 1971 con Las tumbas de Atuan y La costa más lejana. Uno de los puntos interesantes de la serie, sobre todo en la primera novela, es el enfrentamiento del aprendiz de mago con su propia "sombra", esa parte de uno mismo que contiene el potencial inexplorado, animal y malvado de nuestro inconsciente. Idea muy cercana a las tesis psicoanalíticas de Freud, y que fue luego muy estudiada por su discípulo Carl Gustav Jung. Esto le da a la primera obra del ciclo de Terramar un interés que va más allá de la novela de ficción y entra de lleno en la exploración del inconsciente humano y de su potencial extra-sensorial.

El nombre del mundo es bosque publicada en 1976, está basada en la novela corta homónima de 1972 ganadora del Premio Hugo de 1973, uno de los más prestigiosos galardones dentro de la ciencia ficción y la fantasía.  Muestra una vez más la claridad y el poder de la visión «ecológica» de Ursula K. Le Guin: un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre. Forma parte del Ciclo Ekumen  una serie de libros cuyo eje es la federación (Ekumen) de mundos habitados por seres humanos y diversas variantes humanoides.

Veinte años después, Le Guin volvería a retomar los personajes y escenarios oceánicos, con Tehanu (1990) galardonada con un Nébula (el primero en ser otorgado a una novela de fantasía no científica y el tercero en toda su carrera, un récord no igualado por ningún otro autor desde que se instauró este galardón en 1965) y En el otro viento (2001), por el que recibió el Premio World Fantasy (2002).  Existe además una versión en anime llamada Cuentos de Terramar (película).

En 2003 fue elegida Gran Maestro por la SFWA, la asociación norteamericana de escritores de ciencia ficción.

Gran parte de la obra de ciencia ficción de Le Guin se distingue por su interés en las ciencias sociales, entre ellas la sociología y la antropología. Sus obras suelen explorar aspectos inusuales de las culturas alienígenas que presentan mensajes y reflexiones sobre nuestra propia cultura.​ Es en este sentido que algunos califican su obra de ciencia ficción como ciencia ficción blanda frente a las corrientes mucho más materialistas y fisicistas que se suelen calificar como ciencia ficción dura.

Un ejemplo de esta reflexión es la exploración que se hace en La mano izquierda de la oscuridad  de nuestra identidad sexual y nuestros tabúes, mediante la presentación de los nativos de Gueden, una raza alienígena hermafrodita que alterna su sexualidad de forma periódica en lo que asemejaría a un estado de celo (kemmer) y su reacción ante la existencia de personas unisexuadas, como el protagonista de la historia.

Los desposeídos (1974), sobre la construcción de dos mundos opuestos ideológicamente, con dos sistemas económicos antagónicos, capitalismo-socialismo, aparece también su preocupación medioambiental, contrapone la vida de un planeta fértil y exuberante de recursos con otro totalmente opuesto, pobre y desértico y cómo esto influye en los humanos que lo habitan, determinando su visión de la vida, del trabajo y el placer.
Ursula Le Guin se identifica como una persona «feminista, conservacionista, ecologista, norteamericana, apasionadamente comprometida con la literatura, paisaje y vida de la Costa Oeste».


Comentario
Breve novela en la que Le Guin realiza una dura crítica de la colonización y de la explotación de todo lo que vive y crece en la tierra, siguiendo esa vertiente ecológica tan habitual en esta autora. 

En tan pocas páginas es capaz de crear unos personajes con unos caracteres muy bien definidos, profundizando con maestría en los diferentes perfiles y actitudes del ser humano. El personaje de Davidson líder de la colonización, cuyas ideas y actos reflejan todo lo que está mal en la sociedad, el de Lyubov, el científico, personaje noble que estudia a las especies de los nuevos planeta, representa a ese hombre horrorizado ante la vergüenza de pertenecer a una especie que solo destruye, y Selver el creechie, perteneciente a la especie que es usada como esclava por los humanos, y que se ve obligado a convertirse en líder y rebelarse contra los invasores.

“También había aprendido a gustar de los nombres que los athsianos daban a sus territorios y poblados: sonoras palabras bisílabas: Sornol, Tuntar, Eshreth, Eshen -que ahora era Centralville-, Endtor, Abtan y sobre todo Athse, que significaba Bosque, y el Mundo. De modo que tierra, terra, tellus significaba a la vez el suelo y el planeta, dos significados y uno. Pero para los athsianos el suelo, la tierra, no era el lugar a donde vuelven los muertos y el elemento del que viven los vivos: la sustancia del mundo no era la tierra sino el bosque. El hombre terráqueo era arcilla, polvo rojo. El hombre athshiano era rama y raíz. Ellos no esculpían imágenes de sí mismos en la piedra; sólo tallaban la madera…” p.92.

Muy bien escrita, consiguiendo un equilibrio perfecto entre la trama, la ambientación en ese nuevo mundo y la caracterización de los personajes, utilizando un lenguaje sencillo que nos permite leerla con facilidad y nos lleva a reflexionar sobre muchos aspectos que se dan a nuestro alrededor hoy en día.

Resumiendo, un maravilloso alegato, en apenas 200 páginas, contra la colonización y el genocidio, contra la sobrexplotación de recursos y destrucción del medioambiente, contra la supremacía de las razas y la xenofobia, contra la violencia y el machismo, contra el egoísmo del ser humano. Muy recomendable.


 









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